Otra vez estamos en este momento del año: ¡se acerca la noche más terrorífica! Y cómo no, todo un clásico planazo para Halloween es marcarse una buena (y espeluznante) sesión cinematográfica.
Cines de barrio en los que la gente se pasaba cuatro horas viendo dos películas ¡por cinco pesetas! o en los que te enterabas de cómo andaban las cosas en España y en el mundo a través del NO-DO.