Es un hecho que la mayor parte de la población vive en las ciudades, cargado de estrés, polución, asfalto, ruido y cada vez son más los que huyen de todo eso trasladándose a las afueras o a pueblos casi deshabitados para recargar las pilas o directamente a vivir gracias al teletrabajo. Con este artículo queremos que construyas un pequeño oasis de paz con un huerto ecológico en 5 pasos muy sencillos, así que sigue leyendo y no te lo pierdas.
Nuestra falta de contacto con la naturaleza, últimamente casi reducido a los parques y jardines urbanos o a salidas esporádicas al campo los fines de semana, ha hecho que nos cueste mucho entender los ciclos de la naturaleza y los cambios estacionales. Además, estar acostumbrados a acceder a todo tipo de alimentos de una forma inmediata y en cualquier época del año, ha provocado a su vez que nos olvidemos de dónde vienen estos alimentos o en qué condiciones se han producido. Pero no os preocupéis, para aquellos que reclamáis el reverdecimiento de vuestra ciudad, la recuperación de la agricultura y os preocupa el acceso a alimentos frescos y ecológicos, crear un pequeño huerto en casa, ya sea en un balcón, terraza o patio, se convierte en una actividad que puede ser muy vital y enriquecedora. ¡Así que id preparando la tierra y las semillas que vamos con ello!
1. Busca “el lugar”.
Normalmente un soleado es lo idóneo. Como decíamos antes: patio, terraza o una ventana nos valen para colocar varias jardineras o maceteros. Las verduras necesitan al menos 6 horas de luz solar directa al día. Si plantas en tierra, haz unas 10-11 filas de unos 3 metros de largo, tiene que estar de norte a sur para aprovechar al máximo la luz del sol.
2. Ten en cuenta dónde vives.
¡Todo depende del clima! Si vives en una zona como Oviedo la temperatura no es igual que si vives aquí en Lavapiés, pero afortunadamente hay muchas variedades de cultivos que se adaptan a distintas condiciones de humedad y temperatura ambiental. En lugares secos no se deben plantar variedades que requieren mucha agua. En cambio, en zonas del norte de España como Asturias una planta como la coliflor o los pepinos que requieren mucha agua incluso en verano crecerán sin problemas. En zonas secas se recomiendan plantas como las zanahorias, patatas, las remolachas y las cebollas. Este tipo de cultivos solo requieren regarlas una vez a la semana.
Y si hablamos de zonas húmedas (aunque Madrid no es el caso) se pueden plantar apio, coliflor, berzas o pepinos que necesitan agua abundante al menos dos veces por semana.
El tomate, las judías, el maíz o los pimientos necesitan agua en los momentos claves de su crecimiento, por ejemplo 3-4 semanas después de trasplantar. Y necesitan al menos 3 litros de agua dos veces por semana.
3. No nos vale cualquier semilla.
Una vez que hayas decidido qué vas a plantar sigue las instrucciones que te recomienda el productor sobre las semillas. Normalmente se suele plantar en primavera u otoño. Si no las plantas cuando toca, es probable que no crezcan o no crezcan bien porque las condiciones no sean las adecuadas. Has de saber que es mejor que los cultivos guarden cierta distancia unos con otros, ya que algunas plantas, por ejemplo el maíz, compiten por los nutrientes y si están muy cerca de otros, pueden afectar a su crecimiento. Invierte en semillas de buena calidad, esto es como comprar unos zapatos: la diferencia es que los buenos te sentarán bien y los malos te harán daño. Así que ya sabes: elige sabiamente y consulta en cualquier centro de jardinería, que serán quienes mejor te puedan asesorar.
4. Si lo tuyo no son las semillas ve directamente a las plantas.
Las semillas no suelen ser caras, pero también puedes comprar la planta ya crecida y la trasplantas; se adaptará mejor si vives en un zona seca que si plantas la semilla. Si eliges esta opción te recomendamos tomates y pimientos, te dará más alegría ver que ya tienes plantas creciendo y darán mucho colorido a tu huerto casero. Si quieres plantar plantas que están fuera de la época del año, elegir la planta ya crecida y trasplantar, es tu mejor opción.
5. La cama y la comida son lo más importante para tu cultivo.
Añade buena tierra, no escatimes, piensa que cuanto mejor sea, mejor saldrá después y enriquece con compost que ayudará a que tus cultivos crezcan fuertes. Acuérdate de verificar los niveles de pH de la tierra ya que has de saber si es neutro, ácido o alcalino y poder modificarlo. Si tu suelo es alcalino se puede corregir añadiendo sustancias como el sulfato de hierro disuelto en agua. Si la tierra es ácida subiremos el pH añadiendo caliza molida. Normalmente en las tiendas de bricolaje y centros de jardinería tienes kits para verificar el Ph o si no puedes sin problemas comprarlos por separado.
Esperamos haberos podido ayudar, y sobre todo que no os olvidéis que el ingrediente más importante para conseguir un huerto ecológico casero es que lo hagáis con mucho amor y por supuesto la paciencia, ¡Roma no se hizo en un día! 😉