¿De dónde viene el nombre de Lavapiés?
Repasamos algunas de las teorías que acompañan a Lavapiés, uno de los barrios más antiguos de Madrid y con un topónimo que es completamente incierto.
El origen de los nombres de las calles y barrios de Madrid es una cuestión relativamente reciente, y la fiabilidad de sus teorías pasa por activar el «filtro» sobre leyendas añejas, tradiciones y una buena dosis de inventiva.
En este post repasamos algunas de las teorías que acompañan a Lavapiés, uno de los barrios más antiguos de Madrid, con más de 500 años de antigüedad y con un topónimo que es completamente incierto:
La fuente de la Plaza de Lavapiés
Una de las teorías más consolidadas es la que argumenta que el nombre del barrio procede de una fuente que habría antiguamente en la misma plaza de Lavapiés, algo bastante común en la época; y es que todas las plazas del Madrid más antiguo contaban con fuentes para suministrar agua a la población a través de los aguadores. Estas fuentes también eran usadas para que los vecinos del barrio pudieran lavar las ropas.
«Abapiés»
Hay teorías más frágiles que hacen referencia a la propia palabra. En este caso, su origen procedería de la palabra «Abapiés» o «Avapiés»; pero tampoco se sabe qué significaría este nombre en su origen.
La sinagoga judía
Otra de las leyendas que acompaña al origen del topónimo de Lavapiés es la que asegura que este era el barrio en el que se encontraba la judería de Madrid.
Cualquier cristiano, a la hora de abandonar esta judería y regresar al interior de la muralla, debería lavarse los pies como purificación ritual al haber pisado un barrio considerado ‘impuro’.
Muchos han sido los estudios que han avalado que la sinagoga judía se situaba en el emplazamiento que ocupa actualmente la iglesia de San Lorenzo, situada en el número dos de la calle del Dr. Piga; o de la existencia de un cementerio judío situado en la calle del Salitre.
Sin embargo, no hay una demostración real que confirme esta teoría, ya que no se cuenta con documentos escritos ni con excavaciones arqueológicas que lo ratifiquen.
Lavapiés, cuesta abajo
Una de las explicaciones más lógicas responde a la ubicación del barrio respecto al resto de la ciudad. Lavapiés está, como titulaba la canción del gran Carlos Gardel, cuesta abajo; comenzando en torno a la calle de la Magdalena (entre Tirso de Molina y Antón Martín) y terminando en la Ronda de Valencia (en la zona de la glorieta de Embajadores), y que antiguamente marcaba el límite de la ciudad por el sur.
Esta versión sí cuenta con documentación que pueda verificarla, y es que por numerosas calles corrían pequeños riachuelos y corrientes de agua cuando llovía, desembocando en un arroyo que bajaba la calle de Miguel Servet.
La gran pendiente del barrio haría que estas corrientes «lavasen» los pies de todo aquel que pasease por el barrio, haciendo esta versión la menos descabellada.
Y tú, ¿con qué versión te quedas?