¡Los bares del barrio con mejor «pinta»! ☘️
Hay muchas formas de celebrar San Patricio, pero en este caso, queremos descubrirte esos bares en los que puedes tomarte una buena «pinta» de cerveza, y que seguramente no conocías en el barrio.
¡Dentro birra!
Cada 17 de marzo se celebra el día de San Patricio, patrón de Irlanda; y lo hace cada vez en más lugares alrededor del mundo. En Madrid, aunque no tiene una extensa comunidad irlandesa, ha ido aumentando su relevancia hasta implicar cada vez a más comerciantes, vecinos y colectivos.
Se trata de una oportunidad de conocer costumbres y tradiciones irlandesas a través de una fiesta que es ya, todo una seña de identidad del país, aunque hubo un momento, a principios del siglo XX, que era una fiesta más celebrada fuera de Irlanda que dentro.
Originariamente, era una fiesta de carácter católico, pero con el tiempo ha ido evolucionando hasta convertirse en una fiesta popular y multitudinaria donde el color verde, los tréboles y las cervezas son parte distintiva del festejo.
¡Qué San Patricio era «azul»!
El color verde predomina en las celebraciones de San Patricio, pero el color original con el que se identificaba la orden de San Patricio era el… ¡azul claro!
El uso de los tréboles por parte del movimiento independentista irlandés de finales del siglo XVIII propagó el uso del color verde hasta hacerlo el color identificativo de esta festividad.
¿Cómo celebrar el Día de San Patricio?
Hay muchas formas de celebrar este día (y no todas están relacionadas con la cerveza), como llevar prendas de color verde o llevar un trébol en la chaqueta, pero en este caso, queremos descubrirte esos bares en los que puedes tomarte una buena «pinta» de cerveza, y que seguramente no conocías en el barrio.
¡Dentro birra!
Bar Chinaski
Como buen o buena amante de la cerveza, te alegrará saber que en Chinaski tienes 18 grifos rotativos de cerveza artesanal. Sí, ¡18!
A tan solo 100 metros de la Plaza de Lavapiés, en el número 38 de la calle Salitre, disfruta de San Patricio en una cervecería especializada, donde cuidan un producto de calidad con una ética de fabricación honesta y sin adulteraciones.
Además, tienen novedades de vanguardia inspirados en el craft de EEUU y guiños a la historia a través de estilos tradicionales de las antiguas potencias cerveceras: Gran Bretaña, Bélgica y Alemania.
Il Morto che Parla
A unos metros del Bar Chinaski, y sin salir de la calle Salitre, está Il Morto che Parla, concretamente en el número 31.
De nombre y apellidos italianos, pero con una oferta abierta al mundo, pudiendo disfrutar de fantásticas cervezas, mojitos y caipirinhas; o de sabrosas pizzas, piadinas o empanadas. Pero sobre todo, ¡de buena música y el mejor ambiente del barrio!
Viralata, Bar Salvaje
Llegamos a la calle del Olivar, en pleno corazón de Lavapiés. En el número 17 encontramos un bar con un atrevido apellido: Viralata, Bar Salvaje.
En este local podrás disfrutar de aperitivos al estilo italiano, una amplia variedad de cervezas artesanales y vinos de autor; además de gozar de una buena onda infinita en un ambiente acogedor decorado con amor e inspirado por el poder y la fuerza del arte y la multiculturalidad.
Un bar de nuestro barrio pensado para todxs gracias a una filosofía de integración e inclusión y a lo asequible de su carta.
La Lata del Cascorro
Nos dirigimos a la frontera noroeste de Lavapiés, a uno de los lugares más emblemáticos del barrio, la Plaza del Cascorro; y concretamente al número 1 de la calle de Embajadores, donde está La Lata del Cascorro.
Se definen como sencillos, sólidos y auténticos. Y en su local puedes disfrutar, además de música, costumbres, exposiciones, arte o eventos; de las mejores cervezas del barrio (siempre con una tapita, por supuesto!).
La Playa de Lavapiés
¿Y si te decimos que este pequeño viaje lo acabas en la playa?
Sí, puedes ir a la playa sin salir de Madrid, y mirar por fin a los ojos a andaluces, valencianos y demás costeros que nos lo recuerdan continuamente :S
La Playa de Lavapiés, en el número 9 de la calle Argumosa, es el lugar perfecto para disfrutar de vinos, tostas y una cocina ecléctica, sentando por supuesto en tu silla de playa, con una barra rústica detrás y un techo cubierto de esterillas. ¡Cuidado qué sube la marea!