¿Conoces estas energías alternativas para la calefacción?
Te hablamos de las distintas opciones de energías renovables para calentar tu hogar este invierno

Calefacción tradicional vs energías alternativas
Las energías alternativas para la calefacción provienen de fuentes de energías renovables, como el sol, la tierra, el viento o el agua. La ventaja que tienen las fuentes de energías renovables frente a los combustibles fósiles es que son ilimitadas y nos ayudan a cuidar más el medio ambiente.
La calefacción tradicional se basa en los combustibles fósiles, recursos limitados cuyo precio va en aumento porque se agotan poco a poco. Los combustibles fósiles se generan por la muerte de plantas y animales a lo largo de millones de años y no da tiempo a regenerarlo al mismo ritmo que se consume, por lo que se encarece y se va gastando. Además, cuando se queman los combustibles fósiles, como el petróleo, el gas o el carbón, se genera dióxido de carbono, emisiones que impactan directamente en el calentamiento global. Sin embargo, las energías renovables no emiten este tipo de sustancias tóxicas y son respetuosas con el medio ambiente.
5 energías alternativas para la calefacción
- La energía solar. Mediante la instalación de placas solares podremos aprovechar la luz del sol para la calefacción y el agua caliente de la casa. Esta energía alternativa para la calefacción suele combinarse con el suelo radiante, que funcionan a 40º C, la mitad del calor que necesitan los radiadores tradicionales para calentar la casa.
- Biomasa. Se utilizan recursos naturales como combustible. Por ejemplo, huesos de aceituna, astillas o cáscaras de frutos secos. La biomasa suele utilizarse combinada con otros sistemas, ya que tiene aproximadamente la mitad de rendimiento que las calderas eléctricas. Este sistema de energías alternativas para la calefacción quema el combustible y genera una llama. El calor que genera en la combustión se transmite al circuito del agua dentro del intercambiador y normalmente se usa un acumulador para incrementar su rendimiento. Suele implicar un desembolso inicial elevado, pero la inversión se recupera a largo plazo. Eso sí, no son adecuadas cuando necesitamos calentar rápido una casa a temperaturas excesivamente bajas.
- La energía eólica. El viento gira las aspas de los grandes molinos y el movimiento de las palas se transmite a un generador que lo transforma en electricidad. Para el uso doméstico, estas energías alternativas para la calefacción son de una potencia inferior a 10kW, y sirven para bombear agua. Se recomiendan principalmente para viviendas aisladas y ubicadas en zonas muy ventosas.
- Aerotermia. Una bomba de calor extrae energía de un lugar para llevarla a otro, obteniendo energía del aire exterior. Se emplea tanto para la calefacción como para el aire acondicionado. Son de tipo aire-agua, extraen la energía del aire del exterior o la pasan al agua del sistema de calefacción o a la sanitaria. Su principal ventaja es que están diseñadas para rendir al máximo en inviernos muy fríos o en veranos muy calurosos.
- Geotermia. Esta energía alternativa para la calefacción se basa en la variación entre las temperaturas del interior de la tierra y la superficie. Es energía que se almacena en forma de calor tanto en suelos, como rocas o aguas subterráneas. Según las características de cada vivienda se instalará un circuito de tuberías con agua, sondas geotérmicas u otros.
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