El club de fútbol «Dragones de Lavapiés»: un ejemplo contra el racismo
Un ejemplo de la multiculturalidad del barrio que fomenta valores de compañerismo
El Club de Fútbol «Dragones de Lavapiés»
El fútbol es un deporte que mueve masas, despierta sentimientos y emociones la mayoría de veces positivos, pero a veces negativos.
Toda moneda tiene una cara y una cruz. En el lado oscuro de este deporte se encuentra la violencia y el odio. Un ambiente hostil en el que las agresiones verbales son una tónica habitual en los campos y gradas.
El club conocido como “Dragones de Lavapiés” ha decidido potenciar las alegrías y los buenos momentos que da el fútbol. Utiliza este deporte como un puente de unión entre las personas, dejando de lado aquello que los diferencia y centrándose en todo lo que pueden compartir juntos.
Esta magnífica iniciativa combate la violencia y el racismo, albergando bajo su escudo a jugadores y jugadoras de diferentes países y nacionalidades para fomentar el trabajo en equipo en vez de los enfrentamientos.
Una oda a la inclusión
Siguiendo el ejemplo del barrio, los Dragones de Lavapiés son, probablemente, el club de fútbol más multicultural de España. Su presidenta, Dolores Galindo, afirma que con el respeto y la seguridad consiguen que 400 jugadores de 40 países distintos jueguen bajo una misma camiseta en vez de pelearse entre ellos.
No solamente se encuentran diferencias de procedencias nacionales en este club, también hay diversidad de contextos socioeconómicos, culturales, afectivo-sexuales, religiosos, etc.
En muchas ocasiones el odio va unido al fútbol y un club de estas características es, lamentablemente, objetivo de insultos y obscenidades. Los pequeños del equipo luchan contra estas agresiones verbales mediante un sencillo protocolo: al recibir un insulto levantan la mano para avisar al árbitro y para el partido.
Este club no solo enseña fútbol, también es una escuela de valores para los niños que afirman que han aprendido a no insultarse, ni gritar; sino a fomentar el compañerismo y la amistad. ¡Bravo!
